Hola rodoadictos, se que estáis ansiosos por volver a leerme después de este parón veraniego, así que empiezo esta nueva etapa de este blog.
Ha llegado ese día temido pero por otro lado esperado, he vuelto a Alicante después de 2 meses alquilado cerca de la playa. Es una sensación agridulce, tenía ganas de volver a mi casa con todas las comodidades como la linea de internet y una cama comodísima y volver a las andadas poéticas y novelescas, que el verano me ha dado nuevas ideas, y como no, ganas de reencontrarme con los amigos universitarios; Pero se hace duro volver, dejo atrás historias inolvidables para bien o para mal como "compra calvin", las partidas de beerpong o aquella noche en el karaoke de la cual hablaré en la próxima entrada. Es duro sobre todo dejar de ver durante todo el invierno a gente con la que has compartido tanto tiempo y tantos buenos momentos, espero que este año nos veamos mas a menudo que el anterior.
El día de regreso ha sido ajetreado, toda la mañana recogiendo todas las cosas que nos quedaban en el apartamento de verano, guardar ropa en maletas, llenar cajas y cargar el ordenador en un carro de esos con dos ruedas para llevar maletas y cajas. Hemos metido todo en el coche en un equilibrio un poco precario, la grúa enganchada con el cinturón, yo ocupando dos asientos, la maleta delante del otro asiento, la torre del ordenador encima y en equilibrio entre la torre y el respaldo sujetada con dos cojines la pantalla, y lo hemos traído todo a casa. Ahora mi casa parece un polvorín, todo el suelo lleno de cajas y maletas y sin la mas mínima brisa que nos refresque la sudorosa piel.
Es una movida enorme pero necesaria para poder disfrutar del verano.
Rodad sin que las mudanzas os detengan.