Estrictamente la sátira es un género literario, pero también la encontramos en las artes gráficas y escénicas. En la sátira los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos; ideados todos ellos para lograr una mejora de la sociedad.1 Aunque en principio la sátira está pensada para la diversión, su propósito principal no es el humor en sí mismo, sino un ataque a una realidad que desaprueba el autor, usando para este cometido el arma de la inteligencia.
Es muy común, casi definiendo su esencia, que la sátira esté fuertemente impregnada de ironía y sarcasmo; además la parodia, la burla, la exageración, las comparaciones, las yuxtaposiciones, la analogía y las dobleces son usados de manera frecuente en el discurso y la escritura satírica. Lo esencial, sin embargo, es que "en la sátira la ironía sea militante".2 La ironía militante a menudo declara abiertamente que acepta las situaciones que son blanco del ataque de la sátira.
Creo que, viendo como está el mundo, necesitamos ridiculizar a más de un político, a más de un poderoso, a más de un empresario, a más de un cura, etc... para intentar que las cosas cambien. Por ejemplo, ayer escribí sobre un tema de rabiosa actualidad, los controladores aéreos que dejaron sus puestos de trabajo y a miles de personas en tierra, también estoy escribiendo sobre otro tema candente, las filtraciones de Wikileaks, y seguiré criticando a todo el que se lo merezca. Y no me cortaré en mandar a quien haga falta de repente a kagar.
- Erasmo de Rotterdam