Vuelvo después de mi ausencia, he tenido ciertos problemillas que me han impedido escribir antes, pero ya está todo arreglado.
Pensamos que los héroes son cosa del pasado, personas con historias conservadas en manuscritos polvorientos de épocas en que los mitos y la realidad se entrecruzaban. Pero no es así, en estos momentos tan duros para el pueblo japones se ha despertado en el corazón de unas pocas personas la valentía, la fuerza de voluntad y el sacrificio por la gente inocente que caracteriza a los héroes, ya se les conoce cómo Los héroes de Fukushima.
Todos sabemos la gran catástrofe que ocurrió el pasado 12 de Marzo en Japón. El suelo tembló como nunca recuerdan sus habitantes y sufrieron el impacto de un tsunami que barrió con todo lo que encontró a su paso, pueblos llenos de gente, campos, instalaciones de toda índole... Pero eso no era sino una parte del desastre, una de las instalaciones dañadas ha sido la central nuclear de Fukushima, liberando radiación a la atmósfera y con el peligro de una explosión en un reactor que pueda causar un desastre mayor.
Pero en medio de ese caos y esa situación tan atroz, 50 personas arriesgan sus vidas trabajando en la central para evitar la pérdida de muchas más vidas causada por una posible explosión, como ya pasó en Chernobyl. Su situación es la mas dura imaginable, prácticamente infernal, bombeando agua en el reactor y buscando grietas.
Éstos héroes, embutidos en trajes contra la radiación, desempeñan las tareas externas en turnos, para reducir la exposición individual. En las pausas, se refugian en la central operativa, que goza de una particular protección contra la contaminación radiactiva. Las explosiones que afectan la planta van complicando aún más la tarea. Una quincena de técnicos han resultado heridos a causa de ellas. TEPCO, la compañía que opera la central, informó ayer de que barajaba empezar a utilizar también helicópteros para echar agua a uno de los reactores.
La situación de estas 50 personas es dantesca, según describe en unos mensajes uno de esos trabajadores. Están prácticamente en una zona de guerra, donde trabajan poniéndose al límite tanto físico como mental, exponiéndose a dosis excesivas de radiación que pueden causarles una de las más horribles muertes y a la posibilidad de sufrir de cáncer en el futuro, reduciendo su esperanza de vida.
Estos "samurai" de Fukushima, cómo se les conoce ya, son un claro ejemplo de heroicidad en pleno siglo XXI. Sacrifican por propia voluntad su salud e incluso su vida para salvar las vidas de mucha gente, eso les convierte en héroes y como tal serán recordados por todos y en especial por todos los japoneses a los que han salvado la vida.
Un héroe lo es en todos sentidos y maneras, y ante todo, en el corazón y en el alma.
Thomas Carlyle (1795-1881) Historiador, pensador y ensayista inglés.